Volví a romper mi promesa…

El tiempo vuela. No lo digo yo, me lo enseña la vida.

Me prometí escribir, utilizar ese momento en el que mis dedos comienzan a presionar cada una de las teclas para respirar y desconectar de esa lista -casi interminable- de cosas pendientes o por hacer, terminar, empezar…

He roto mi promesa. No me he olvidado. No es falta de ganas. No es falta de tiempo. No es solo falta de tiempo, mejor dicho. Es un cóctel, un preparado de casualidades, circunstancias y coincidencias, no extrañas, solo tramadas accidentalmente, pero perfectamente enlazadas. Qué cúmulo de eventos fortuitos tan bien encajados.

Aquí estoy. A mis cuatro de la mañana. Sí, hoy hemos ido a un partido de la NBA, cuánto me gusta el baloncesto, desde bien pequeña. Ahora ya no lo soy tanto, ni de estatura, ni de edad. 1’74 y 34, respectivamente. Vamos a ceñirnos a los metros y centímetros, en pies no suena igual.

Este curso académico 2017/18, mi vida sigue marcada por cursos y no tanto por años, que también para algunos eventos, no voy a negar la evidencia. Desde agosto he viajado a Argentina, Chile, México, Canadá… He conocido gente maravillosa, disfrutado de estudiantes comprometidos, otros no tanto, pero de todo debe haber en este camino de descubrimientos varios que es la vida.

También añado a mi pasaporte de la vida haber podido descubrir varios pedacitos de estados en Estados Unidos (Washington y California).

Nada mejor que las fotos para resumir en cuestión de píxeles, colores y recuerdos, los suelos que he pisado y los corazones de los que he aprendido. Menciono corazón y no puedo olvidarme de la última mala noticia del 2017 y primera mala del 2018: Tes, sigue con tu recuperación, cariño, mayo llega pronto. No te haces una idea de lo mucho que me faltas aquí, nos faltas. Eres la mejor perrita del mundo y, para mí, la mejor compañera, sin duda. Me alegro de haberte salvaguardado de la toxicidad de ciertas etapas de mi vida, te mantuviste alejada de las malas compañías. Tú eres todo luz, mi niña.

Te quiero.

P.D. Me faltan muchas fotos, tengo que hacerme con ellas para poder subirlas. Algunas siguen en las tarjetas de memoria de la cámara. Otras, en un teléfono que no me permite tomar más fotos por falta de memoria. Me retomo… en cuanto pueda.